Desde hace varias semanas, Brasil se hunde en la crisis política más impresionante de las últimas décadas. El gobierno, acusado de corrupción, ve caer su popularidad a niveles alarmantes. Jueces influenciados políticamente, prensa empeñada en derrocar al gobierno, dirigentes de la oposición implicados en asuntos de corrupción, y asociaciones patronales descontentas con el panorama económico nacional: todos han visto perfilarse manifestaciones masivas en las principales ciudades brasileñas, ya sea para destituir a la presidenta Dilma Rousseff y encarcelar a Lula, o contra el proceso de destitución de la presidenta y el «golpe de Estado en frio» orquestado por la derecha.
En el plano internacional, numerosos medios y líderes políticos han llevado a cabo un análisis para explicar y denunciar la situación, a menudo recurriendo a una interpretación simplista de polos opuestos (izquierda vs derecha, el pueblo vs la burguesía), según la cual, estaríamos ante una «crisis de representación» del sistema en Brasil: una lectura que hace caso omiso de la complejidad de la situación y de sus causas sociológicas, políticas e históricas.
Ahora bien, para escapar de este reduccionismo a ultranza, nos debemos remontar a la historia reciente de Brasil. El reto de este texto consiste en facilitar una mejor comprensión de la situación actual mediante esta revisión del pasado.
Glauber Aquiles Sezerino