El atuendo de las mujeres, un espejo delirante de nuestro tiempo
En 1964 en la Croisette (Cannes), una joven que jugaba al ping-pong en monokini fue condenada por escándalo público e indecencia.
En 1968 muchas de nosotras quemamos nuestros sostenes.
En los años siguientes se prohibió el porte de monokini.
Recientemente una Femen fue condenada por haber mostrado sus senos en público.
Este verano, los burkinis son prohibidos en algunas playas francesas.
Ironía de los tiempos…
Los cuerpos de las mujeres fueron y son todavía puntos de intercambio. La sociedad, particularmente desde el discurso político, utiliza el cuerpo de las mujeres para hablar de otra cosa: de la costumbre, de la moral, … ¡del terror! Cualquier excusa es válida para disciplinar al cuerpo de las mujeres. Nos ordenan respetar los códigos sociales (más o menos de vestimenta) no importando cuales son las razones que orientan nuestras propias elecciones.
¿Hasta este punto está confundida nuestra sociedad que se ensaña con la desnudez de las mujeres?, ¿con algunos pedazos de tela?, ¿cree estar realmente fortaleciendo su identidad por esta vía irrisoria (aunque secular) mientras que avanza sin rumbo real? Soplan malos vientos de pánico identitario en el hexágono.