Introducción
Estamos conociendo la “digitalización del mundo”. Una frase a la vez justa - porque deja ver la gran importancia que toma lo digital en nuestras vidas y nuestras actividades - y falsa en el sentido de que sólo son digitalizadas las interconexiones entre nosotros, nuestras relaciones sociales y las realidades del mundo así como los procesos de producción en las industrias y servicios.
La digitalización de procesos de producción tiene un impacto muy importante en el empleo y la organización del trabajo. Y la digitalización de nuestras interconexiones toca lo esencial de nuestras actividades: comunicaciones, relaciones sociales, acceso al conocimiento, búsqueda científica, ocio, transportes, vigilancia, puesta en marcha y control de casi todos los dispositivos técnicos, etc. Esta digitalización modifica profundamente nuestras relaciones con el espacio y con el tiempo, lo que podemos experimentar en nuestras comunicaciones y acceso a la información y al conocimiento.
La difusión generalizada de la digitalización nos lleva a su extraordinaria capacidad de innovación. Una característica que se explica a la vez por el carácter genérico de sus herramientas, comenzando por lo que atañe a lo material, microprocesadores y memorias, por los efectos de acumulación y simplificación en el desarrollo de programas, enormemente facilitado por el software libre, y por el bajo coste de entrada de estas aplicaciones y desarrollos de programa.
Este espectro extremadamente amplio de dominios transformados por la digitalización abre una lista casi infinita de preguntas y problemáticas. A esta lista de dominios debemos agregar los nuevos problemas aparecidos por la crecida exponencial de datos producidos a conservar y la importancia tomada por los algoritmos en las aplicaciones y servicios. Sería imposible querer tratar este conjunto de preguntas, habría que concentrarse en los puntos esenciales incluyendo aquéllos que conciernen específicamente los movimientos sociales.
Conocer la historia de las tecnologías digitales y comprender la plasticidad
Las tecnologías digitales, quizás más que el resto, tienen una plasticidad que liga estrechamente su desarrollo a las evoluciones de la sociedad. En los años 1950/1960 el ordenador ha permitido la bancarización de las sociedades desarrolladas y se ha convertido igualmente en algo indispensable para las administraciones y grandes empresas, pero lo ha hecho integrando los códigos del taylorismo. En los años 1970 la contra-cultura americana, ligada estrechamente al movimiento de 1968, y la puesta a punto de micro-procesadores ha sido la base de una revolución informática con la aparición y desarrollo de micro-ordenadores y de internet en contraste con las tecnologías de los grandes actores de la informática, IBM a la cabeza, y de las telecomunicaciones.
Este resumen histórico es importante para comprender la importancia de los combates políticos actuales sobre la neutralidad de la red así como sobre las libertades públicas.
Defender las libertades fundamentales
Desde la utilización de los ordenadores para constituir ficheros masivos, en los años 1960 y 1970, la cuestión de la supervisión y su corolario, la defensa de las libertades, se plantea. En este periodo se crearon los organismos de control como la CNIL (Comisión Nacional de Informática y las Libertades) en Francia.
Hoy, con el “big data”, los algoritmos y la inteligencia artificial, estas cuestiones son de una actualidad aún más incandescente.
Mantener un punto de vista reflexivo sobre el progreso de la inteligencia artificial
La inteligencia artificial, nacida en los años 1960 se ha extendido considerablemente estos últimos años gracias a los recursos del “big data” y la introducción de nuevos avances (deep learning). Hoy se hace indispensable un enfoque reflexivo frente a estos desarrollos, así lo recomiendan numerosos científicos...
Desarrollar la producción y el acceso al conocimiento y a la información
El desarrollo de herramientas colaborativas libres ha sido prodigioso estos últimos años, del software libre a wikipedia y openstreetmap. Dos ejes de trabajo merecen ser estudiados: ¿cómo ayudar a su desarrollo? Y de manera más general, ¿cómo participan las herramientas digitales en la transformación de aptitudes humanas para aprehender conocimientos?
Hacer del “común del conocimiento y de lo inmaterial” un punto de apoyo para la auto-emancipación
El desarrollo de “comunes” es una alternativa tanto para el capitalismo como para el estatismo. La digitalización ha visto emerger una nueva generación de comunes , los del saber y del conocimiento. Estos “comunes” tienen unas características nuevas: la mayor parte son mundiales, son gestionados por unos “modelos de gobernanza” originales y ofrecen en la mayor parte de los casos un acceso gratuito a su producción. Estas características deben ser estudiadas para comprender los mecanismos y las cuestiones que se deriven pero también para reflexionar sobre su posible extensión en otros dominios de la actividad humana.
Un inmaterial basado en lo material
La digitalización es claramente inmaterial, pero no puede desarrollarse sin una base que es en sí misma muy material: metales, tierras raras, plásticos, acceso a la energía… son básicamente data centers, ordenadores y otros smartphones. Y la fabricación de estas herramientas es actualmente indisociable de la explotación masiva de millones de trabajadores con condiciones de vida a menudo muy precarias. Cuestiones que no es posible esquivar si queremos concebir un mundo liberado de la explotación del hombre por el hombre y reconciliado con la finitud del planeta.
La digitalización y las nuevas formas de sociabilidad
Ponerse en contacto y la democratización masiva de la producción de contenidos son el centro de las redes sociales digitales. La cuestión de las plataformas, de la naturaleza de su propiedad o de los algoritmos sobre los que se basan, debe ser discutida.
Digitalización, trabajo y empleo, vigilancia, explotación y emancipación
La organización del trabajo y la estructura de empleos se han trastornado por la digitalización. La introducción de la inteligencia artificial amenaza con nuevas categorías de empleo, a menudo cualificados. Y la introducción de lo digital en las organizaciones va a la par con la generalización del trabajo “por proyecto” y el acortamiento de las cadenas jerárquicas. Permite igualmente generalizar los procedimientos de control de trabajo de los asalariados, para todo aquéllo que compete a las plataformas de servicios y el trabajo por turnos.
El problema es ver cómo luchar contra estas nuevas formas de explotación y utilizar la digitalización para favorecer de nuevo espacios de libertad y de lucha por la emancipación.
La digitalización y la transformación de las maneras de comprometerse
Las nuevas formas de compromiso activista, a menudo intermitentes y sin mediación de organizaciones permanentes son indisociables de la digitalización, que facilita la puesta en contacto y la producción de contenidos por cualquier participante. La construcción de una memoria colectiva o la existencia de relaciones intergeneracionales son algunas de las cuestiones no resueltas por estos nuevos métodos de compromiso.