He seguido con mucho interés el intercambio de emails. Apoyo mucho la idea de un Tribunal Ético sobre el golpe en Brasil y toda acción que vaya en sentido de denunciar y revertir este gran atropello. Sin embargo, esta vez me quiero referir al futuro del FSM y el CI. En la vida todo tiene su ciclo. Todo nace, crece y muere para dar paso a algo distinto. Muchas veces uno quiere vivir mas allá de su ciclo y entonces se convierte en una suerte de zombi. Es decir algo que existe pero que ya no tiene la vitalidad que tenia antes. Nosotros los seres humanos tendemos a aferrarnos a las cosas y espacios que logramos y muchas veces estiramos su existencia. Ese es el caso de muchas campañas, redes, movimientos, alianzas que cumplieron un rol muy importante pero que hoy día arrastran su existencia sin mayor incidencia. Con el mayor respeto a todos ustedes yo creo que eso le ha pasado al FSM. El Foro Social Mundial y el Consejo Internacional cumplieron su ciclo y lo mejor es organizarles un hermoso funeral, una digna muerte, reconociendo su aporte, rescatando todas las lecciones, y haciendo un llamado a todos los actores jóvenes y viejos a que piensen en nuevos caminos a seguir.
El FSM cumplió su ciclo porque estuvo ligado a la emergencia de movimientos sociales a principios de siglo que lograron contener de diferentes formas el avance del neoliberalismo, llegando incluso a catapultar diferentes tipos de gobiernos progresistas que alcanzaron algunos logros pero que fracasaron en construir alternativas estructurales frente al neoliberalismo. Hoy estamos viviendo el fin del ciclo de gobiernos progresistas en Latinoamérica y también de los movimientos que los impulsamos.
¿Cómo será lo nuevo que remplace al FSM? No lo sabemos, pero no le tengamos miedo. El vacío que deje el FSM será llenado por iniciativas diferentes que se irán construyendo a partir de las necesidades de la nueva realidad. Hoy estamos en medio de una lucha donde tenemos que resistir, frenar y derrotar la arremetida neoliberal que está en curso, y al mismo tiempo reflexionar de manera cruda sobre nuestros errores y los llamados gobiernos progresistas para así dotarnos de nuevas alternativas sistémicas y estrategias.
¿No sería bueno que en Montreal le hagamos al FSM un gran funeral con fiesta, lagrimas y mucha convicción? ¿Si no es en Montreal hasta cuando lo dejaremos languidecer? ¿Y que mejor despedida que un llamamiento muy corto a quienes no vinieron al FSM a imaginarnos y construir juntos nuevas iniciativas más acordes con la nueva situación?
A veces lo nuevo no encuentra su cauce porque estamos muy obsesionados con lo viejo. Casi siempre lo viejo muere para revivir en lo nuevo.