En 2011 y 2017, dos naufragios frente a las costas tunecinas afectaron a unidades de la marina tunecina. En ambas ocasiones, se hundieron buques que transportaban inmigrantes a Italia. El primero después de una colisión, el segundo volcó al final de una persecución. Error técnico o respeto -pagado al alto precio- de los acuerdos entre Túnez y la Unión Europea?
Estos dos acontecimientos plantean interrogantes sobre el papel de las fuerzas armadas tunecinas, que parecen dispuestas a retener a los migrantes en sus costas y en sus aguas a cualquier precio. En el momento del primer hundimiento, dos helicópteros italianos sobrevolaron el barco de los migrantes justo antes de ser interceptado por el buque de guerra tunecino. Existe un conjunto de acuerdos entre Túnez y la Unión Europea que incluyen un capítulo sobre medidas de seguridad. Por lo tanto, se puede suponer que ha habido un esfuerzo de coordinación entre las fuerzas armadas de los distintos países de la costa mediterránea para proteger las fronteras de Europa.
Porque si no es en beneficio de otros, ¿por qué Túnez debería impedir que parte de su juventud desencantada, para la que no tiene una solución inmediata, abandone el país?