El cambio climático es un multiplicador de tensión y conflicto, como Stuart Parkinson recuerda en el caso de la crisis de Siria (con las consecuencias sociales de las repetidas sequías). En este contexto, es preocupante que la política británica, tanto en la lucha contra el cambio climático, que en materia de seguridad, es problemático. El gobierno anunció una política de reducir o eliminar el soporte para el ahorro energético y las energías renovables, y, si se ha planificado reducir el uso de carbón es para continuar subvencionando y promoviendo energias fósiles comoalternativas tales como el gas de esquisto, y la energía nuclear.
Paralelamente, el gobierno está planeando un programa de armas incluyendo la renovación de las armas nucleares y sistemas de capacidad de ataques aéreos. Y esto a expensas de los recursos asignados a la ayuda humanitaria o a la prevención de las consecuencias del cambio climático.
Debemos revertir las prioridades para hacer frente a las amenazas y garantizar la seguridad global.
Stuart Parkinson