Estamos conociendo la “digitalización del mundo”. Una frase a la vez justa - porque deja ver la gran importancia que toma lo digital en nuestras vidas y nuestras actividades - y falsa en el sentido de que sólo son digitalizadas las interconexiones entre nosotros, nuestras relaciones sociales y las realidades del mundo así como los procesos de producción en las industrias y servicios.
Este espectro extremadamente amplio de dominios transformados por la digitalización abre una lista casi infinita de preguntas y problemáticas.